¿CÓMO RECICLAR EL ACEITE?
En muchos hogares es habitual deshacerse del aceite usado para cocinar tirándolo por el fregadero. Sin embargo, esto es un grave error muy usual. Además de causar atascos en tuberías y alcantarillas, supone un grave peligro para los ríos y océanos. Contamina las aguas dañando los ecosistemas y la vida marina. Este tipo de prácticas son las que promueve el movimiento Zero Waste, basado en reducir al máximo los residuos que producimos a diario.
¿Cómo aprovechar el aceite?
El aceite una vez usado se convierte en un residuo difícil y altamente contaminante. Pero también se trata se un producto reciclable. Para ello, se debe esperar a que el aceite se enfríe y posteriormente envasarlo en recipientes de vidrio bien cerrados. Una vez conservado se debe llevar a un punto limpio. Son muchos los puntos que cuentan con contenedores específicos para el reciclaje de aceite. La botella de plástico, al igual que todos los recipientes de este material, se deposita en el contenedor amarillo.
Es importante diferenciar entre aceite de cocina y los aceites industriales. El aceite sobrante de cocinar no se puede depositar en los mismos contenedores que en los de aceite de motor. Estos últimos deben ser desechados por los fabricantes, según la legislación.
El aceite es trasladado a centros de transferencia, en los que se evalúa según su composición. A continuación, se destila. Esto elimina el agua y otros sedimentos que puedan existir en el aceite usado.
Este reciclaje es importante en el ámbito doméstico pero todavía lo es más en el sector de la hostelería. Tal y como explican desde Barcelona Culinary Center, uno de los puntos clave de un restaurante es deshacerse correctamente de los residuos ya que están obligados por ley a cumplir unas exigencias higiénicas.
¿Por qué es importante reciclar el aceite?
Un solo litro de aceite de cocina usado puede llegar a contaminar 1000 litros de agua. Un agua que termina en los ríos y mares, creando una capa en la superficie que impide el paso del oxígeno. Por lo tanto, perjudica a las plantas y animales que habitan en esas aguas. Además, también es un riesgo para los suelos por su alto contenido en metales pudiendo perdurar hasta quince años. También es perjudicial para el aire. Al reciclar este producto se reducen las emisiones de CO2. Por cada tonelada de aceite reciclado se evita la emisión de tres toneladas de dióxido de carbono.
Sin embargo, los beneficios de reciclar aceite no solo son medioambientales sino también económicos ya que la depuración de las aguas residuales es mucho más fácil si no se vierte aceite en ellas. De esta forma, el coste que tiene esa limpieza es menor ya que supone un ahorro en materias primas y energía. Asimismo, este reciclaje es beneficioso para la salud ya que se reducen las obstrucciones en los sistemas de saneamiento y se elimina la posibilidad de que proliferen microorganismos.
Dar una segunda vida al aceite
Reciclar el aceite supone dar una segunda vida a este. El aceite de freír promueve una movilidad mucho más sostenible ya que se puede transformar en biocombustible. De esta forma, se reducen las emisiones de efecto invernadero y se limita el empleo de tierras de cultivo. Además, este tipo de combustible es una alternativa mucho más ecológica que los combustibles convencionales ya que deriva de aceites reciclados en vez de derivar del petróleo.
A nivel doméstico también se puede dar una segunda oportunidad a ese aceite usado. Por ejemplo, se pueden fabricar jabones y velas. Es cierto que esto requiere un meticuloso proceso pero que merece la pena con tal de reciclar. También se puede utilizar para proteger los muebles de casa o engrasar bisagras.