GASTRONOMÍA MEDIEVAL ESPAÑOLA

La Edad Media se refiere al periodo comprendido desde la caída del Imperio Romano (siglo V) hasta el descubrimiento de América en 1492. Nuestra gastronomía española actual se rige por el pasado y son muchos los platos tradicionales que seguimos consumiendo hoy en día que tienen su origen esta época.

El pan como base de la alimentación

La gastronomía en la etapa medieval se veía muy influenciada por el estatus social, aspecto que tampoco resulta una gran diferencia con la sociedad actual. El alimento principal por excelencia era el pan. Era consumido por la mayoría de la población debido a su bajo precio. Era tal que este alimento constituía el 70% de la ración diaria de las personas en la Edad Media. Aun así, también existían diferencias sociales respecto al pan ya que solo las clases más altas eran las que consumían harinas refinadas como el trigo. Por su parte, las clases más bajas tenían que conformarse con pan de centeno, avena o cebada. 

Ya en la Edad Media, el pan servía para acompañar otros alimentos. Un plato muy común eran los “sops”, que consistían en trozos de pan con vino o sopa. Es de esta receta de donde proviene la famosa sopa de ajo castellana. Son muchas las recetas de la cocina española cuyo origen se encuentran en el medievo. Este gusto por la tradición es lo que hace de la gastronomía española una de las más valoradas a nivel internacional.

Carne, un bien exclusivo para las clases altas

Como es de suponer, la carne era un alimento habitual únicamente en las mesas de las clases más acomodadas de la sociedad. La carne más consumida era la de cerdo. En el caso de las aves se comía desde codorniz o perdiz hasta cisne, cigüeña o patos salvajes. Estas se conseguían a través de la caza, actividad reservada para la nobleza porque mostraba poder. Por su lado, las clases bajas consumían los restos de estas carnes como son los hígados, la sangre, vísceras o las patas. De esta forma surgieron alimentos como la morcilla o el chorizo. 

Por último, el pescado era habitual consumirlo en salazón en aquellas zonas en las que no había costa. Esta era la única manera de conservar el pescado lo más fresco posible. En las zonas cercanas al mar se consumían moluscos.

Los vegetales que conocemos, casi inexistentes

Las verduras eran habituales en los platos medievales. Sin embargo, en Europa no existían todavía los vegetales que consumimos hoy en día ya que estos se encontraban en América. Cultivos como la patata, judías, pimientos, maíz o cacao no se instauraron en las cocinas europeas hasta después del descubrimiento del continente americano. 

Costumbres en la mesa en la edad medieval

En los grandes banquetes de la época los comensales no contaban con un vaso y plato cada uno, sino que se colocaban grandes fuentes de comida en el centro de la mesa. La copa también iba turnando de mano en mano. Además, los cubiertos solo consistían en cuchara y cuchillo ya que el tenedor se inventó más tarde. Sin embargo, era muy habitual comer con las manos utilizando hasta tres dedos para agarrar los alimentos. Tampoco se daba el uso de servilletas sino que los comensales se limpiaban en los manteles. 

Solo se realizaban dos comidas al día. La primera era un almuerzo fuerte al mediodía y la segunda era una merienda ligera. Los banquetes nocturnos se consideraban cercanos a la lujuria según la Iglesia. 

Historia de la gastronomía española

La cocina española estuvo oculta y desatendida en la literatura culinaria europea hasta que los viajeros románticos que visitaban territorio español la describieron a los lectores de los países vecinos. Los detalles de la cocina española antes del siglo X son poco conocidos y las referencias bibliográficas (generalmente literaturias) a menudo mencionan ingredientes, nombres de platos, pero nada sobre su proceso de cocción.

Sin embargo, la evolución de la cocina española desde la Edad Media describe un camino que pasó por varias etapas antes de convertirse en lo que conocemos hoy. Introducir métodos de cocina árabe e hispano-judío, así como cultivar nuevas especies. Una fusión progresiva de ingredientes culinarios del Nuevo Mundo e influencias de la cocina europea. Todo esto condujo a la formación de una personalidad culinaria que influyó en la cocina francesa a principios del siglo XVII. 

Estudiar la historia de la gastronomía es clave para conocer los procesos gastronómicos y las diferentes combinaciones, su origen y su final.