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Nutrición

Cómo incorporar alimentos funcionales en tu menú saludable

BCH AL PUNTO
Equipo BCH

El tipo de alimentación que llevamos ha ido cambiando con el tiempo. Ahora, después de un par de décadas con multitud de alimentos procesados, hay una tendencia a retomar los hábitos saludables. Por esta razón, estamos viendo cómo se están modificando las propuestas que se ofrecen en espacios como los restaurantes, para incluir, por ejemplo, alimentos funcionales.
 

En este artículo, vamos a conocer cuáles son y los beneficios que tienen sobre la salud. Pero si te gusta este sector y te gustaría aprender a crear combinaciones de platos que apuesten por el bienestar y que se adapten a diferentes necesidades, te recomendamos inscribirte en nuestro Máster en Nutrición, Gastronomía y Diseño de Menús Saludables. Aprenderás a crear ofertas gastronómicas saludables, atractivas y rentables en el sector de la restauración.
 

Características únicas de los alimentos funcionales
 

Los alimentos funcionales se caracterizan por contener ingredientes que ofrecen beneficios adicionales a los tradicionales. Suele tratarse de componentes naturales, como vitaminas, minerales, antioxidantes, fibras, probióticos y ácidos grasos omega-3, entre otros. Lo que todos estos ingredientes funcionales comparten es que se trata de componentes que tienen un impacto positivo en la salud, siempre y cuando se consuman de forma regular y en las cantidades adecuadas.
 

Por ejemplo, los antioxidantes presentes en frutas y verduras ayudan a combatir el estrés oxidativo y reducen el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Los probióticos, por su parte, mejoran la salud digestiva y fortalecen el sistema inmunológico. Y en cuanto a los ácidos grasos omega-3, presentes en pescados grasos y algunas semillas, son esenciales para la salud cerebral y cardiovascular.
 

¿Cómo se pueden clasificar los alimentos funcionales?
 

Los alimentos funcionales se pueden clasificar en diferentes categorías según sus propiedades y los beneficios que ofrecen. A continuación, te dejamos las tres principales:
 

Alimentos simbióticos
 

Los alimentos simbióticos combinan probióticos y prebióticos, y juntos trabajan para mejorar la salud intestinal. Los probióticos son bacterias beneficiosas que viven en el intestino, mientras que los prebióticos son fibras que sirven de alimento a estas bacterias. Un ejemplo simbiótico en la alimentación funcional es el yogur con fibra añadida o el kéfir con inulina. Ambos mejoran la digestión, reducen la inflamación y pueden fortalecer el sistema inmunológico.
 

Alimentos probióticos
 

Los alimentos probióticos contienen microorganismos vivos que, cuando se consumen en cantidades adecuadas, mejoran la salud de quien los toma. Son, por ejemplo, los productos lácteos fermentados, como el yogur y el kéfir, el chucrut, el kimchi y el miso. Todos ellos ayudan a mantener el equilibrio de la flora intestinal, mejoran la digestión y fortalecen el sistema inmunológico.
 

Alimentos prebióticos
 

Los prebióticos son tipos de fibra que el cuerpo humano no puede digerir. Sin embargo, sirven de alimento para las bacterias beneficiosas que hay en el intestino. Este tipo de alimentos funcionales incluyen el ajo, la cebolla, los espárragos, el plátano y la avena. Cuando se consumen regularmente, se mejora la salud digestiva, aumenta la absorción de minerales y se fortalece el sistema inmunológico.
 

Los comensales: en busca y captura de un menú saludable
 

Los hábitos de consumo están cambiando, y ahora, hay más personas interesadas en llevar una dieta saludable y equilibrada. Ya no es suficiente que los platos sean buenos, también deben ser parte de un menú saludable. Por eso, la demanda de alimentos funcionales está en aumento, y los restaurantes que los incorporan pueden atraer a una clientela más consciente y leal.
 

Además, hoy en día se valora la transparencia, y es habitual que los clientes quieran saber qué están comiendo y cómo les beneficia. Por tanto, es importante contar con alimentos variados que puedan satisfacer distintas necesidades y preferencias, pero también ser capaces de dar información clara y detallada.
 

Cómo añadir alimentos funcionales en el menú de tu restaurante
 

Hay multitud de consejos para integrar ingredientes saludables, pero a continuación te dejamos algunas estrategias para comenzar:
 

  • Educación y capacitación. El personal es el primero que debe conocer qué son los alimentos funcionales, pero también deben ser capaces de explicar a los clientes por qué son buenos para la salud.

  • Selección de ingredientes de alta calidad. Los ingredientes frescos y locales son más nutritivos y llevan menos aditivos.

  • Creatividad en la cocina. Experimenta con nuevas recetas que incorporen alimentos funcionales combinados con otros más tradicionales Por ejemplo, añadir semillas de chía o lino a una ensalada o un batido.

  • Marketing. Utilízalo para resaltar los beneficios de los platos nuevos, ya sea en el propio restaurantes como en las redes sociales.

Estos conocimientos son un punto de partida, pero no hay nada más eficaz para aprender a crear platos saludables que formarse con nuestro máster en nutrición. ¡Apúntate hoy mismo!

 

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