Qué es el terroir del vino y por qué factores se ve afectado

Cada idioma tiene sus propias palabras para definir ideas o conceptos y, a veces, no es posible encontrar una traducción que sea fiel al significado original. Es lo que sucede con terroir, del francés, que se traduce como terruño y que se refiere a los diferentes factores que repercuten en el resultado final de la elaboración de un vino.

En este artículo, vamos a acercarnos a lo que significa el terroir del vino y a los diferentes factores que abarca. Pero si quieres conocer más sobre el funcionamiento de este sector, puedes especializarte con nuestro Máster en Negocio del Vino y Gestión Vinícola.

¿Qué se conoce como terruño o terroir del vino?

El terroir del vino o terruño es un concepto integral que incluye las condiciones naturales y humanas que afectan al proceso de elaboración del vino. Es decir, que no se trata únicamente de las características del suelo donde crecen las viñas. Sino que también se tienen en cuenta el clima, la geografía, la biodiversidad y la tradición en la cultura de quienes trabajan la uva para elaborar vino. Toda esta combinación es la que consigue crear la identidad de marca de un vino o las denominaciones de origen.

El terroir, el alma de una bodega

El terroir es considerado por muchos enólogos y viticultores como el alma de una bodega. Es lo que hace que un vino de una región específica sea diferente a otro producido en una zona distinta, incluso si se utilizan las mismas variedades de uva e idénticas técnicas de vinificación. El terroir es una expresión del lugar, una suma de características únicas e irrepetibles que otorgan al vino su autenticidad y carácter distintivo.

Factores clave que definen un terroir de vino

Para entender completamente qué es el terroir, es necesario conocer los diferentes factores que lo componen. Juntos, crean las condiciones ideales, o no, para la producción de vino.

El clima

Es uno de los factores más determinantes. Incluye aspectos como la temperatura, las precipitaciones, la humedad y la cantidad de luz solar que recibe el viñedo. El clima afecta el ciclo de crecimiento de la vid, la maduración de las uvas y, en definitiva, a las características del vino. Por ejemplo, un clima cálido tiende a producir vinos más ricos y afrutados, mientras que un clima más frío puede resultar en vinos con mayor acidez y frescura.

El suelo

La composición de los suelos es variable; los hay arenosos, arcillosos, pedregosos, calcáreos, etc. Cada uno aporta diferentes nutrientes y condiciones de drenaje e influye en la retención de agua y en la disponibilidad de minerales. Es decir, que afectan al vigor de la vid y, en consecuencia, a la concentración de sabores en las uvas.

La topografía

La topografía se refiere a la ubicación geográfica y a la forma del terreno donde se encuentran los viñedos. Incluye aspectos como la altitud, la pendiente y la orientación hacia el sol. Por ejemplo, una vid en una ladera empinada puede obtener una buena exposición solar y un mejor drenaje, por lo que las uvas serán de mejor calidad.

La intervención humana

El factor humano también es parte del terroir. Las decisiones que toman quienes se dedican a este sector también afecta al vino que se obtiene. La experiencia y el conocimiento local influyen en las técnicas de cultivo y en el proceso de elaboración de aquel, así que son necesarios para conservar las tradiciones, pero a la vez, adaptarse a las condiciones del entorno.

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Cómo adaptar tu proceso de elaboración de vino según tu terroir

Adaptar el proceso de elaboración del vino al terroir es una estrategia eficaz para potenciar una marca e incluso para revalorizar el sector vinícola. Algunos consejos que te pueden ser de ayuda son:

- Estudio detallado del terroir. Implica conocer a fondo las características del viñedo para mejorar su gestión y apostar por las técnicas de vinificación más adecuadas.

- Selección de variedades de uva. Para mejorar la calidad de vino, hay que apostar por aquellas variedades que se adapten mejor a las condiciones climáticas y de suelo de una región.

- Prácticas de cultivo específicas. Las técnicas de cultivo deben optimizar las condiciones naturales, como la gestión del agua y el control de la canopia, para mejorar la salud y el rendimiento de las vides.

- Vinificación adaptada. Ajustar las prácticas de vinificación, como el tipo de fermentación y el envejecimiento, para resaltar las características únicas del terroir y así conseguir vinos más auténticos y con más personalidad.

Tanto si deseas dedicarte a este sector como si ya eres parte de él y quieres mejorar el potencial de tu negocio, puedes conseguirlo con nuestra oferta formativa.