Cómo preparar un plan nutricional personalizado
Una buena nutrición es clave para disfrutar de buena salud y bienestar, ya que los hábitos saludables tienen más peso que la genética a la hora de mantener a raya a las enfermedades. Sin embargo, las necesidades de cada persona son diferentes, por lo que no hay un plan nutricional único que sirva para todas. Bien por las preferencias y objetivos, como por otras cuestiones como la edad, el sexo, el nivel de actividad física o las patologías.
En este artículo, conoceremos cuáles son los beneficios de apostar por la planificación nutricional y cómo se crea un plan. Pero si te apasiona este campo, puedes dedicarte profesionalmente a él estudiando el Grado Superior en Dietética.
Beneficios para la salud de seguir un plan nutricional
Un plan nutricional es una guía personalizada que detalla el tipo de alimentos y la cantidad de los mismos que una persona debe consumir para tener buena salud y alcanzar unos objetivos que se basen en sus necesidades individuales. Pero, ¿cuáles son los beneficios concretos de tener uno?
Control del peso
Si bien no se trata de encajar en el canon de belleza que la sociedad impone, un plan nutricional personalizado ayuda a controlar el peso de manera eficaz. Además, el objetivo no es siempre perderlo, ya que hay quienes desean mantenerlo o incluso ganarlo. Al ajustar la ingesta calórica según las necesidades personales, se pueden lograr y mantener estos objetivos específicos.
Mejora de la energía
Una dieta equilibrada y personalizada ayuda a mejorar los niveles de energía, puesto que se tiene en cuenta el valor nutricional de cada alimento y lo que la persona requiere por su estilo de vida. Para ello, se tienen en cuenta los macronutrientes, que son carbohidratos, proteínas y grasas, y los micronutrientes, que son las vitaminas y los minerales.
Prevención de enfermedades
La planificación nutricional es útil para prevenir enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares e hipertensión. Aunque no es una cura, ralentiza la aparición de las patologías que vengan por genética. Además, se fortalece el sistema inmunológico.
Mejora de la digestión
En el intestino está la microbiota, que es nuestro segundo cerebro. Esta se ve beneficiada cuando cuidamos la alimentación y la nutrición, pero también la salud intestinal en general y la digestión. Algunos de los problemas gastrointestinales más comunes hoy en día son la hinchazón, el estreñimiento o el colon irritable.
Bienestar mental
Hay una relación directa entre lo que comemos y cómo nos sentimos. Una dieta equilibrada mejora el estado de ánimo, reduce los niveles de estrés y ansiedad y refuerza las funciones cognitivas.
Motivos más comunes para empezar un plan nutricional
Los motivos más frecuentes para acudir a un dietista o nutricionista son los siguientes:
Mejora del rendimiento deportivo: Las personas que son muy activas o que practican deportes regularmente buscan optimizar su rendimiento y recuperación mediante una alimentación adecuada.
Condiciones de salud específicas: Quienes padecen condiciones médicas como diabetes, hipertensión, colesterol alto, enfermedades autoinmunes o problemas digestivos pueden requerir ajustes dietéticos específicos para manejar sus síntomas y mejorar su calidad de vida.
Mejora del bienestar general: A veces, la motivación para buscar un plan nutricional no está relacionada con una condición específica, sino con el deseo de sentirse mejor, tener más energía y mejorar el estado de ánimo.
Prevención de enfermedades: Muchas personas optan por cambiar su alimentación como medida preventiva, especialmente si tienen un historial familiar de enfermedades crónicas. Una dieta equilibrada puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar patologías en el futuro.
Transición a dietas especiales: Cada vez más personas buscan asesoramiento nutricional para realizar transiciones hacia dietas especiales como la vegetariana, vegana, sin gluten o cetogénica, asegurándose de mantener un equilibrio adecuado de nutrientes.
Salud mental y bienestar emocional: La relación entre la nutrición y la salud mental es cada vez más reconocida. Algunas personas buscan ayuda para mejorar su alimentación con el fin de manejar la ansiedad, la depresión u otros trastornos del estado de ánimo.
Pasos necesarios para preparar un plan nutricional
Evaluación inicial
El primer paso es la evaluación completa de la salud y del estado nutricional. Por ejemplo, análisis de la composición corporal, historial médico, hábitos alimenticios actuales y nivel de actividad física.
Establecimiento de metas
Toca definir metas claras y realistas, que pueden ir desde la pérdida de peso hasta la mejora del rendimiento deportivo o el control de una condición médica. Las metas deben ser específicas, medibles, alcanzables, relevantes y temporales (SMART).
Diseño del plan nutricional
Con toda esta información, se diseña el plan nutricional, que incluirá la distribución idónea de macronutrientes, una selección de alimentos equilibrada y una planificación de comidas que se ajuste al estilo de vida y a las preferencias de la persona.
Implementación del plan y monitoreo
El último paso es trabajo de quien ha solicitado el plan, ya que se trata de realizar cambios y seguir las nuevas indicaciones. Pero incluso si hay un compromiso, hay que hacer revisiones periódicas para asegurar que se están alcanzando los objetivos.
Preparar un plan nutricional personalizado requiere tiempo y dedicación, pero también conocer exactamente los tipos de alimentos y su valor nutritivo, y las diferentes patologías o circunstancias que puedan marcar las necesidades individuales. Puedes adquirir estos conocimientos con el grado superior.